El mercado del petróleo y el gas está experimentando actualmente la mayor perturbación de su historia. Cada pico y cada valle crean un efecto dominó en toda la logística y la cadena de suministro, desde mínimos históricos hasta máximos extremos.
Durante Covid, asistimos a un importante descenso de la demanda de petróleo y gas, que provocó la caída de los precios. Cuando el mundo empezó a recuperarse, la demanda y los precios volvieron a dispararse, para subir aún más a raíz del conflicto entre Rusia y Ucrania.
Rusia, tercer proveedor mundial de crudo, ha manipulado el suministro para perjudicar a países que considera una amenaza. A medida que estos países recurren a sus reservas, forjan nuevas alianzas o pivotan hacia fuentes renovables, los precios empiezan a bajar de nuevo, pero la escritura está en la pared. La mayoría se ha comprometido a no seguir dependiendo del exterior y puede que esté más cerca que nunca de cambiar definitivamente a energías alternativas.
Mientras tanto, los países productores de petróleo han dejado de importar combustible de Rusia y, en general, las importaciones de petróleo ruso han caído cerca de un 90%. Las sanciones contra Rusia significan que tendrán dificultades para enviar su producto a cualquier parte. Los fabricantes de equipos de petróleo y gas también han abandonado el mercado, lo que supone el fin de las rutas comerciales del sector energético europeo, antaño en auge.
9 consejos para reducir los costes del transporte marítimo
¿Cómo afectan las perspectivas del petróleo y el gas a la cadena de suministro?
Las perturbaciones del mercado del petróleo y el gas tienen un efecto directo en el sector logístico. Al subir los precios, las navieras que dependen de la gasolina para alimentar sus flotas deben subir los precios, que luego repercuten en el cliente.
Mientras que las grandes empresas de transporte pueden absorber parte del impacto en función de sus volúmenes, las más pequeñas están sufriendo las consecuencias. Debido al aumento de los costes, tanto los transportistas como los consumidores buscan alternativas. Si a esto le sumamos la inflación, está claro que la confianza de los consumidores es baja; por lo tanto, el gasto ha disminuido. Así pues, aunque los precios de la gasolina están bajando, la demanda de bienes también ha disminuido.
Pero, ¿qué significa esto para los transportistas de petróleo y gas?
Los precios del petróleo son altos y la demanda aumenta. Tras la recesión, los transportistas necesitan una estrategia sólida para salir adelante y mantener la rentabilidad.
He aquí algunos consejos que le ayudarán a mitigar el aumento de las tarifas de transporte de petróleo y gas.
1. Compara modos de transporte para asegurarte de que obtienes las mejores tarifas posibles. La mayoría de plataformas logísticas digitales permiten hacerlo, pero trabajar con un 3PL de confianza con experiencia en el sector energético es siempre recomendable.
2. Planifique con la mayor antelación posible para evitar retrasos. El transporte marítimo es más económico, pero su envío tardará más en llegar.
3. Aumente su capacidad para compensar retrasos y carencias. Disponer de una reserva en caso de crisis imprevistas le ayudará a mantener la fluidez de su cadena de suministro.
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